Desilusión [ocupado]

Todo se había vuelto tan borroso, el ruido no era el mismo, mis ojos poco a poco perdía la visión, y mi cansancio era a morir…

Mis ojos descubrieron una fuerte luz blanca, esta luz iba y venía, aun estaba muy borroso, a mi lado había una joven de cabello negro corto, estaba de blanco, mi hablaba, balbuceaba algunas cosas, solo fruncí el ceño y cerré nuevamente mis ojos. Todo era confuso.

Finalmente, di un suspiro, me dolieron mis fosas nasales, abrí un poco mis ojos, había poca luz, haciéndome más fácil poder abrirlo. Mire un techo de color blanco, parpadee un par de veces, aun no veía con claridad, Gire mi rostro y me di cuenta de que estaba en una habitación, acostado, estaba en el hospital.
Moví mi mano, estaba teniendo tacto con las suaves sabanas de la cama, moje mis labios, trague un poco de saliva, lo cual me hizo un poco difícil y un tanto doloroso, dejando que emitiera un sonido de dolor, una queja, esperando a que alguien, quien quera que sea, se acercara a mí.

Sentia un molesto cosquilleo en la espalda; adormecimiento. Estaba cansada, agotada... Si hubiese tenido la oportunidad de acostarme, de siquiera poder dormir una hora. Una larga hora; muchas largas horas. Pero, era un lujo que debia dejar para depués, mientras soportaba los pinchazos, las charlas y contestaba a las preguntas repetitivas de los médicos. Que si me golpee la cabeza, con que material había hecho la insición en mi hombro.
Una pesadilla, ¿acaso se creen que uno se va fijar donde va caer cuando tienes una emperatriz furiosa largando al hombre de... de... La UFE por la ventanilla?. No señores, no se con que carajos me di en el hombro, ni se tampoco que clase de material vizcoso mancho mi traje.

Oh si claro, pueden llevarse mi traje.

- Perfecto, estoy en bata. - murmuré por lo bajo mientras finalmente encontraba paz en el cuarto, ya me habían olsiqueado por doquier, y me habian dejado con esas batas ridículas, si esas que te da el aire fresco de norte a sur, sin ningun tipo de piedad. Estaba impaciente, incómoda, queria ver a Louis, quería saber como estaba...
Esperé que el pasillo se tranquilizara, para mi el dia todavia no se terminaba y no me iba a quedar esperando a que el sueño me ganara la batalla, asique con una pequeña onda biótica, la sensible maquina a la que estaba conectada dió el chispaso y quedo obsoleta.

No se a quien se le podia ocurrir traer a un biótico entre tanta tecnologia. Me senté con dificultad en la cama, y me despoje de los cables a los que estaba aprisionada. Había oido entre el "blablabla" de los médicos que el estado del general era un poco incierto, aun intentaban, asi como yo, Saber que era lo que le había sucedido, ademas de lo claramente tangible que la Kerrigan había dejado en su cuerpo. Y que estaria en la sala de observaciones.

No dudaba en sus capacidades como médicos, pero jamás confie en ellos y no iba a ser la excepción esta vez. Se habían llevado mi traje, pero afortunadamente me habian dejado mi ropa interior y las muestras que yo había tomado de Louis antes que nadie, y ya me las arreglaria para encontrar a alguien que las analizara, algun científico con aires de demecia... De sobra.

Caminaba por el pasillo del hospital que me lo conocia mejor que la palma de mi mano, porque siempre me pasaba algo distinto. Bien podia ser llamada hija de la torpeza. No muy lejos de mi sala estaba la de observaciones, que tras girar a la derecha ahora la tenia enfrente, aunque algo distante. Escuchaba las voces de los médicos y asi todo no podia definir de que hablaban, no así me quedaba claro que se acercaban!.
Me metí en una sala, las luces estaban apagadas y había mucho olor a desinfectantes de todo tipo; perfecto... Aun existen los armarios de limpieza.

Las voces se alejaron, y salí desesperada del armario. Helado como un refrigerador me habia dejado la piel de gallina. Camine a paso veloz por el pasillo, abrazandome para intentar retomar algo de temperatura y me meti abrutamente a la sala despues de dejar fuera de campo la cerradura tactilar de la entrada.

La luz era tenue a comparacion en la sala en la que estaba. Y Louis estaba tendido en la cama, parecia realmente dolorido, pero no era para menos. Si supiera que habia volado... Bueno, caido en picada unos cien kilometros y que casi se hace pure para pastel de carne solo hacia algunas horas... Entonces. Entonces no se que haria.

- Louis... - Le susurre, casi teniendo miedo de asustarlo. - ¡Louis!. - dije mas energica y forzando el susurro en lo que se oía un resonante PLAF!, en la sala. Ya que había llevado mi mano a la boca por puro reflejo. Todo estaba tan silencioso, y el piso bajo mis pies TAN frio...
Di unos pasos hacia la camilla algo ansiosa por verlo, lo que me empezaba a ser extraño.
Estaba ya frente a el, y una tenue sonrisa dulce se dibujo en los labios, y ni me moleste por borrarla. Puse mi mano sobre la suya, acariciandola lento, suave... - ¿Como te sientes?. - alargué mi sonrisa. - Vine a verte. - continué, aunque realmente no esperaba respuesta, nisiquiera debia aclarar que era retórica, seguramente sentia dolor.

- Almenos no he fallado del todo. - almenos, sigues vivo... Aunque no estaba completamente segura de decir: a salvo.

Desafortunadamente estaba solo en la habitación, rendido cerré nuevamente mis ojos, por mi, moriría en la camilla, no tenía ganas de moverme.
Morfeo se apodero de mi mente, y me adentro a un sueño completamente raro.
Estaba de pie mirando un estanque lleno de agua negra, en uno de los pasillos del palacio imperial, me sentía incomodo, tenia curiosidad por saber que había al fondo de ese estanque, busque algo para poder lanzar, pero no había nada. De pronto, encontré a un guardia en el suelo a unos metros de mí, me acerque, estaba herido, muerto. Junto a el, daba a un gran salón, donde había una guerra, una gran pelea…
“Louis…” escuche la voz de una mujer, sentí que había vuelto a la habitación, abrí mis ojos con cuidado y vi a la chica del UFE, Orions - … - no dije nada.
- …mal, me duele, demasiado la cabeza, y… - “¿Por qué estaba de bata? ¿Por qué ella vino a verme?” - ¿Qué paso? No… no recuerdo nada.
- ¿Fallado? Acaso, ¿fuimos a una misión? ¿de quien? ¿con quien? – esperaba a que los labios de Orions se movieran, estaba impaciente, lo había olvidado todo por completo.
- ¿tu también saliste herida? – “me lo imaginaba…”

Su respuesta borro mi sonrisa, cierto que se habia pasado todo el "viaje" dormido... Bueno, desmayado. - En realidad, Kerrigan te secuestro. - pause un momento y levante el mentón, aquella escena, esa que habia observado con completa impotencia.. revivir la escena me llenaba nuevamente con ese odio, la rabia, y por loco que sonara me llenaba de energias devuelta, lamentaba no haber atacado la nave de Kerrigan, y ni siquiera sabia si contaria con semejante oportunidad nuevamente.

- No se que te hizo. - Sinteticé, no tenia la mas palida idea que era esa sanguijuela que le habian metido a la boca, pero apenas si me di cuenta que habia hecho mal uso de confianza. - Lo siento general. - le solté la mano con apuro, me sentía intimidada, fuera de lugar y apoye ambas manos en la camilla. - Supongo que podría contarle que sucedió, o almenos hasta donde mis ojos llegaron a ver. - obviamente.

- Cayó inconsciente en manos de Kerrigan, y lo llevo a su nave. No se que habrá sucedido... - Bajé la mirada por un momento, y me acorde lo que me había preguntado.
- Fueron algunos golpes, muchas descargas bióticas... - nuevamente estaba alegre mientras hablaba, como si todo estuviera resuelto. Ya no tenia que preocuparme. Al menos no ya, no ahora. - Y, también una herida en la nave. - me di vuelta y le mostré el hombro con puntadas.

- Cometí faltas en el campo de batalla, algo que sabrán juzgar después y... - Miro al rededor de la sala. - No me importa si me expulsan. - me reí algo nerviosa volviendo la mirada hacia él. Estaba algo pálido, y no era para menos, pero ahora ya no podia hacer nada mas que esperar.

- ¿Necesita algo?, que le acomode la almohada o ¿que le ayude a fugarse?. - odiaba los hospitales. - Estos lugares me deprimen. Pienso irme. - no pasaría ni una sola noche en este lugar... Y entonces me di cuenta que no había nadie en el pasillo, que estuvieran esperando para verlo, o que se lanzaran sobre los médicos haciendo preguntas, de como estaba.

- No quiero ser imprudente, y si así me lo pide me retirare. Pero, usted es solo... ¿verdad?. - Bajé la mirada a mis pies desnudos. Vaya pregunta, quizás el no lo notara ahora, pero no me había sido mucho problema llegar. - Si ayuda. Yo si lo soy. - lo mire, y quité mis manos de la camilla.