Justo en el blanco (Lindemann & Drakas.)

- Si no saben usar un arma… están fuera, así de sencillo… - mi voz era fuerte y clara.
Estaba en el pasillo de las variables salas de práctica junto con un grupo de soldados nuevos, debía de procurar que estos engendros supieran usar un arma por lo que pedí que se hiciera una prueba especial.

- Ya sabes cómo tomar el examen – dije al ayudante que tenia a mi lado, un Cabo mayor.
Los nuevos, que eran unos 20, entraron a la primera sala, donde se encontraban las practicas de tiros. Todos los que practicaban en ese momento tuvieron que dejarlo.
Cruce mis brazos, esperaba afuera, miraba a cada uno de los hombres que entraban al lugar, de 20 habían solo 3 chicas.
A cada soldado que salía del gran salón recibía un saludo, mientras yo, solo dirigía la mirada seria y una leve inclinación.
Mire mi reloj, ya faltaba poco para las 14:00, debía hacer esto luego, pero no era cuestión de mi tomar este examen, si no del cabo.
Desde el examen anterior el Mayor me prohibió acercarme a este tipo de exámenes, ya que no podía soportar la ignorancia de los nuevos reclutas.
Debía desconcentrarme y ser paciente, me gire y observe una maquina, de estas que ofrecían agua natural y gasificada, pero la maquina no estaba sola, había una chica a su lado, era un soldado al parecer.
- Buenas tardes – dije sin mirar a la joven y sacando un vaso.

Escuché voces en el pasillo, como no reconocer aquella voz. Era del Capitán General del Ejército, siempre tomando las cartas de todos los movimientos del comando. Me acerqué entonces un poco mas, oí las palabras. Al parecer el ambiente estaba muy tenzo, y no estaba para menos, aqui todos poniamos la vida en juego, no podían arriesgarse a que fueran unos inútiles. Ya no mas de naturaleza eran un poquito inutiles, pero tenían que pulirles las puntas.

Me acordé de aquel examen que pasé con honores, mi punteria y vista eran muy buenas... ¡Caramba!, los pasos se acercaban al centro de maquinas. Orion, siempre metida en donde no te llaman. Me corrí ligerito junto a la maquina de la que saqué mas agua como para disimular que carajos estaba haciendo ahi. Los pelos del cuerpo se me ponian de punta cuando vi entrar al General en la sala. Saludo como si tal cosa, hola que tal, como esta el día?.

- Buenas noches mi General. - respondí con convicción en lo que procuraba lucir lo mas derecha posible, pero para estas horas de la noche ya tenía la espalda quebrada de tanta práctica. - Orions, a sus órdenes. - Levanté un poco el mentón, y como era muy de mí no me pude guardar el comentario.

- Veo que llegaron los nuevos reclutas. Estoy segura que no me recordará, pero fuí de las pocas que pasó ese exámen con honores. - Dejé entonces el vaso sobre una mesa y me dirigí al simulador, para programar mi entrenamiento. - Lamentablemente los soldados no le prestan mas atencion que las horas contadas a reloj despues de pasar el exámen. - y eso que un buen tiro pegado justo a tiempo les podía salvar la vida, terminé de tipear el nivel de simulación y me giré a ver al Capitán para darle mi saludo, sin evitar la sonrisa que se caracterizaba por iluminar hasta las caras mas palidas.

Apreté el botón de color azul, ese que daba agua fresca y helada. Tome el vaso volví a mi lugar y mire a la chica rubia llevando el vaso a mi boca.
Mire a los ojos a la chica, mientras que por mi garganta pasaba el delicioso líquido que sentía pasar por mi tórax. – es lamentable… – dije mientras nuevamente me serbia agua de la maquina. – ya que no tomo exámenes hace más de 5 años, yo solo dirijo a los nuevos reclutas, pero no recuerdo tu rostro. - tome nuevamente agua y luego deje el vaso en el basurero.

Coloque mis manos en mis bolsillos y mire el rostro de Orions – … - no dije nada, también quería practicar mi tiro, así que hice lo mismo que ella.
El hombre que estaba a cargo de manejar todas las maquinas, me entrego una pistola junto con municiones. Lleve todo esto a mi lugar, estaba al lado de Orions.
Tome la pistola y coloque las municiones y aliste mi arma.
- No pareces ser una chica muy ruda – lo decía por su sonrisa - ¿hace cuanto que estas aquí? – me coloque los audífonos en mi cuello, esperando a su respuesta y a que los blancos estuviesen en sus lugares.

off:

- Ouch. - Exclamé sin darle mucho enfasis, pero ese había sido un golpe bajo. Podría salir diciendo cientas de cosas por su frigída apariencia, pero mejor callarse antes que ser expulsada o todavía peor, castigada. Bastante castigo había recibido ya.- Ah decir verdad tengo un extenzo para que lea sobre esta dulce cara de angelito. - Lo mire de reojo sonriendome aún de manera amistosa, preparé mi arma mientras pedía cartuchos al encargado que me miro fijo, tal vez algo molesto por mi mala costumbre de quedarme hasta tarde, pero para eso estaba ahi, me aseguré que todo estuviese a la perfección dandolé un último vistazo a la maquina. Para luego volver al sector de los blancos y contestar a su duda

- Dos años de entrenamiento, para la fuerza. Pero, hará menos de un año que estoy oficialmente dentro como soldado. - Y a pesar de todo el tiempo, era muy buena para mantener perfil bajo y casi pasar por desapercibida, nunca me gusto malgastar el tiempo llamando la atencion y a la hora de moverse no figurar. - Esta cara de angel me da lo que yo llamo, el privilegio del efecto sorpresa.... - Con el arma mire al frente apuntando un blanco lejano e intentando que la mira coincida a la perfección. - Las apariencias engañan. - y no le dí mas incapié en el tema, caso cerrado, un muerto mas a la morgue

Una suave sirena sono dando comienzo a la simulación, respiré profundo. Miré los audífonos... los odiaba, y cuando realmente los necesitabas no estaban, y me refería al campo de batalla. Pero, no tenía otra opcion los disparos a circulo cerrado eran muy fuertes, y si se podían evitar mucho mejor. En lo que los blancos se comenzaban a mover yo recien me estaba colocando los benditos audifonos, con la serenidad de una gacela.

- Puedo pasar horas haciendo esto... - Mis palabras tuvieron un efoque diferente a las anteriores, estas se bañaban en seguridad y por llamarlo de alguna forma "pasión". Mis ojos se desviaron al encargado que aún seguía mirándome de reojo al parecer realmente lo tenía un poco fastidiado por mis horarios nocturnos de práctica. Tomé nuevamente el arma de la mesa, y sin darle mas espera al tentador gatillo, comencé a disparar a los blancos móviles superiores, claramente buscando el disparo mortal para el adversario.

Por un momento, el sonido seco de los disparos se apodero de la sala, mientras concentraba mi vista en seguir los movimientos de las formas, en un juego mortal entre el tiempo, el movimiento y el disparo en el blanco.

Me cruce de manos para ver doto lo que hacía y decía, su perfil era perfecto, incline un poco mi rostro de lado, estaba muy atento a todo lo que hacía. Mire sus pies, su postura, sus brazos, la forma de tomar el arma, el mal cuidado de sus oídos, si practicaba mucho esto, tenía que saber que los disparos en una sala cerrada son más dañinos que usar audífonos con música fuerte todo el día. Me sorprende de que no sea sorda.
El momento de disparar, y el mío también, estaba todo listo, pero preferí mirar su puntería, por lo que mire al chico encargado y le hice una señal de “corte” pasando mi mano rápidamente por mi garganta.

El turno de Orions, había terminado, mientras yo aun seguía con mis brazos cruzados. – no está para nada mal… pero falta por verlo en acción y un poco más de desconcentración – pues claro, no era lo mismo disparar en una sala, solo, tranquilo, que en medio de una batalla, con un millón de gente gritando, y muchos blancos a tu alrededor.

- Pero yo prefiero pelear cuerpo a cuerpo, o quizás con otro tipo de armas, estas armas de fuego las encontró muy primitivas– le sonreí de lado, mi padre me decía que las habilidades de un hombre siempre se reflejan por su habilidad y destreza, no por un juguete metálico que hasta un enfermo ladro podría usar, el ladrón podría ser el más astuto, pero ¿si queda indefenso?
- Me gusta trabajar con la katana, la espada y lucha. Pero ustedes son soldados, son los peones en un juego de ajedrez.
Esperaba a que no se mal interpretara mi comparación sobre su rol. – son importantes… - añadí luego.

Terminado mi turno no hice mas que estirar los brazos y relajar la tensión que tomaban mis manos por la cruda fuerza que hacía el arma al disparar, lo escuché felicitarme por mi trabajo o habildiad era la misma cosa. Me sentí alegre y orgullosa que finalmente alguien pudiera notar que no era tan inútil como mi torpe apariencia dejaba ver... No me considero culpable de intentar conservar algo de alegria.

- Se que pronto habrá mas accion de lo que muchos debemos querer. - mi gesto fue desaprovante por una realidad aunque aberrante estaba latente por cada hora que pasaba, sentirse en peligro era la sensacion mas horrible que se podía sentir... Y estaba segura y me jugaba todo a que cada uno de los que formaban parte de las fuerzas lo sentian, aunque lo hundieran e intentaran ahogarlo aun asi existia.

Apoyé mis brazos sobre la mesa mirando fijo al frente paseando la mirada por los blancos ahora quietos. Solo intento superar ese terror constante al dolor que provocan los disparos. Lleve mi mano automáticamente a las costillas. Ese disparo que casi me llevo la vida... Curioso, capaz hubiese estado bastante bien que me la hubiera llevado.

Me mantuve asi por un momento, mientras le oía decir sobre los soldados como los peones del ejercito, terminos crueles pero justos. No pude evitar sonreir y dejar escapar una risa nerviosa. - La verdad no debería ofender a nadie, pero creo que todos ocupamos un lugar importante. Ademas, cargos como el suyo no se deben regalar al primero que se presenta. - lo mire enderezándome, habia que tener mas de dos dedos de frente para darse cuenta que el General alguna vez tambien habría sido un soldado en el pasado. Pasé mis manos hacia atrás y me até el pelo con un listón. - En realidad, solo tuve un año de entrenamiento, el primero me mandaron a una correccional, para filtrar mi desaparicion y ademas para que olvidara de alguna forma los golpes de la vida callejera. - Con mis gestos dramaticé un poco el tema en discución, para hacerlo mas... mas humano aca todos parecían forjados en acero inoxidable. ¿No les dolería la cara por tener siempre la misma expresión?.

- No llegue hasta aca por andar vendiendo galletitas, alguna vez fui lo que se concidera mala, y forme parte de un grupo de mercenarios. - que de ese grupo nada mas quedó vivo el desgraciado que me metió en eso, y que gracias a no se quién se enteraron de los malditos implantes de este bendito dispositivo antes de que siquiera yo misma supiera que lo tenía. ¡Gracias papa!, mataron a Thiziri por mi ingenuidad. Me mordí el labio por dentro detestando estar recordando el pasado que me hundía y que se jugaba cualquier cosa por volverme una persona asquerosa, amargada y despiadada.

Y eso no lo podía dejar pasar, deseaba con mas fuerza alguna vez poder tener una vida normal, por eso estaba ahi. - El combate de cuerpo a cuerpo se me da bien, pero por algo practico mucho punteria, entre menos contacto fisico tenga mucho mejor, el problema para mi como mujer esque... - lo miré encogiendo mis labios hasta que los deje hechos un par de hilitos. - Cuando te encuentras con una diferencia de masa importante es un problema... Te tenes que olvidar de las reglas y tirar a matar. Es tu vida o la suya, todavía escojo la mia por lo menos. - Un momento, detengan la pelicula!... ¿Estaba hablando de reglas correcionales, golpes de la vida nervios disparos..... ¿¡Con el general!?, en que mierda estaba pensando!, ponte derecha estúpida!.

Corrí la mirada algo avergonzada, me pasaba todo el tiempo, bueno no era que todo el tiempo andaba detras de mis superiores hablando como una cotorra, pero... Lo sabía hacer con el hombre que se encargaba de entregar las armas, pero se lo hacia a propocito, por tener cara de amargado, le hablaba ratos largos de un monton de cosas que no le importaban, mis rabietas diarias con motores, cocinas el horario de la comida los cortes que me pegaba con los cuchillos cuando intentaba pelar alguna verdura y un monton de preguntas que jamás me respondia - Disculpe mi general, estoy haciendo falta a las normativas establecidas por los codigos de convivencia. - es la hora, es el dia, el sol la luna... La tormenta electrica en la galaxia vecina, no sé que es, pero me aburro de bancar gente aburrida y que vive lamentandosé por el pasado. Ya se fue, dejenlo ir... no lo sigan, el pasado enferma.

Salude con cordialidad a capitan - que bueno verlo...

- con permiso - sin mirar a nadie más decidí retirarme del lugar.

Spoiler:

No dio respuesta a mi dialogo, no sabía exactamente si le había molestado yo o si la presencia del Teniente le habia sido de molestia. Me enderecé y salude al superior sin decir nada pero, con el gesto ya era mucho mas que suficiente. Es decir, nunca estaba seria y que lo estuviera se hacia por sobre todo notorio.

El General tambien le saludo, sin embargo no dijo nada mas y se retiro... Mi mirada simplemente reflejo el desconcierto, abri la boca como si quiciera decirle algo, como si pudiera ir tras el para preguntarle que era lo que le sucedia. Si habría sido algo que habia dicho, pero yo y mi gran boca siempre nos metiamos en lios, ¿o era ella la que me metia en lios a mi?.

Seguí con los ojos y el saludo la retirada del General, cuando mi mirada se volvió al rostro del teniente, algo me comprimía el pecho. Me sentía incomoda con él alli presente. Tal vez era su arrogancia, y jamás habia compartido una sala con él a solas. Y sinceramente no estaba en mis planes mas cercanos... nisiquiera en los mas lejanos.

Bajé la mirada, para voltear y volver a tomar el arma y continuar practicando. No conocía exactamente cuales eran las intenciones del Teniente, sabia que el diálogo con un superior de la forma que lo habia hecho no era correspondiente y mucho menos permitible, asique calle para otorgar. Esperaba alguna especie de reprimenda por lo hecho. Y en gran parte esperaba que ello no le causara problemas al General, despues de todo la culpa la tenía yo.

Spoiler: