Kerrigan, La Reina de las Cuchillas

Nombre completo: Sarah Louise Kerrigan, apodada tras su conversión a Kerrigan, solamente.
Edad: Desconocida
Raza: Ueneti
Grupo: Imperio Ueneti
Ocupacion: Monarca


Descripcion Psicologica:
Kerrigan es la monarca Ueneti, posee un carácter duro, xenofobico en varios aspectos. Su hambre de venganza y conquista son las que determinan sus afinidades, todos son el enemigo, ninguno esta a la altura del imperio Ueneti.
Su mas grande obsesion es la de acabar con los Asari y la Alianza.

Hobbies:
Concretar su sed de venganza y conquista.

Historia:
Sarah Kerrigan nació con un "don psíquico", es decir, tenía la habilidad de usar telepatía y telequinesis. Los Asari que nacen con dichas habilidades eran reclutados por las tropas armadas desde temprana edad para comenzar su entrenamiento como Espias.
La joven Sarah Kerrigan aprobó con honores todas las psi-evaluaciones aunque sólo contaba con ocho años de edad. Esta sufrió un serio trauma cuando pequeña luego de sufrir un incidente donde mató a su madre. Debido a lo anterior los agentes de las tropas armadas la llevaron inmediatamente a una instalación de entrenamiento para Espias.
Uno de sus entrenadores en la instalación fue el Teniente Rumm, quien trató de quebrantar su sentido del bien y el mal con el fin de obligarla a usar sus poderes psiónicos. Los superiores de Rumm querían pruebas irrefutables de que ella era una psíquica. Sarah se negó repetidas veces a usar su poder, ya que no quería creer lo que le había hecho a su madre. Rumm intentó manipular a Kerrigan de diversas formas, todas sin éxito. Sus intentos iban desde amenazar de muerte a un pequeño gato hasta sacrificar al padre de la niña.
Una vez completado su entrenamiento, Kerrigan asesinó a incontables enemigos de las fuerzas armadas durante la guerra, incluyendo altos rangos militares en sus encargos.
Cuando la guerra estaba al borde de su final, una flota Asari comandada por Tassadar, padre de Kerrigan, llego a Veneti para destruir a los Ueneti que lo habian arrasado todo en su base de operaciones. Mengsk, lider de la fuerza, envio a Kerrigan y a su escuadron en ayuda. Raynor intentó convencerla de que era una misión suicida pero Kerrigan confiaba plenamente en que Mengsk la rescataría cuando la situación lo requiriera.
La batalla se libró en la superficie de Virmire; y aunque Kerrigan y sus tropas lograron repeler las fuerzas atacantes, no pudieron controlar a las hordas de Dunmers que le habían rodeado, luego de herir de gravedad a su padre, el cual fue rescatado por el unico transporte de evacuacion disponible en la base. Mengsk recibió el llamado de ayuda de Kerrigan, pero este se negó a enviar una flota de rescate. Kerrigan se perdió entre los numerosos Ueneti que sobrepasaron sus defensas.
La Supermente sintió el gran poder que poseía Kerrigan, una Asari hábil en el combate cuerpo a cuerpo y experta en táctica y estrategia. Fue así como decidió, capturarla y convertirla en su más poderoso agente del enjambre. Mientras la transformación de Kerrigan se completaba, esta residió en una crisálida, la cual fue protegida encarecidamente por orden de la Supermente. Aún estando dentro de la crisálida, Sarah seguía consciente e intentaba comunicarse psíquicamente con sus colegas Asarios, entre ellos, su padre Tassadar. Ellos respondieron al llamado y enviaron misiones de rescate a Virmire, sin embargo cuando finalmente Kerrigan salió de la crisálida, su personalidad había cambiado completamente. Ahora estaba conforme con ser un Ueneti y estaba dispuesta por completo, "según ella", a obedecer a la Supermente, a quien ahora se refería como su "padre".
Kerrigan a diferencia del resto de las entidades del enjambre tenía voluntad propia, lo cual la llevó a enfrentarse en discusiones con el Cerebrado Zasz, el cual creía que actuaba para si misma y no para el enjambre.
La flota de Tassadar, había viajado a Virmire para matar a los Cerebrados de la Supermente. Kerrigan estaba muy interesada en combatir contra Tassadar y probarse a si misma que era más poderosa que los mismísimos Asari. Aunque Tassadar aceptó combatir con ella, este la engañó enviando una alucinación al desafío.
Mientras la Supermente llevaba a la mayoría del enjambre hacia Wener, Kerrigan se quedó en Vimire buscando a Tassadar, al cual nunca pudo encontrar. Cuando Kerrigan se enteró de que la Supermente había sido destruida, esta supo que la hora de su "Ascensión" había llegado.