Indagando lo que no existe – [Katia Martelli y alguien más si gusta]

Tres de la mañana, el día comienza para algunos. Para otros es la mera madrugada, pero no para nosotros. No para Katia y para mí. Nos encontramos en la oficina de Shadow, de la presidenta de Banshee. No fue nada fácil para Katia el lograr violar la seguridad de éste lugar. Como se podía pensar, yo la acompaño. Ella está empeñada en indagar el paradero de mi creador, pero no lo veo como algo posible. Las redes civiles no poseen información alguna. El Doctor Abel ya no existe.

Tanto Katia como yo llevamos una linterna, ella interactúa con la computadora, revisando los registros mientras yo vigilo. La situación es jocosa, ella busca al señor Wolfhart y yo luzco como él. Vaya.

– No creo que Shadow haya dejado información en alguna delas redes de Banshee –dije a Katia, en voz baja. Ambos vestimos de negro, pero eso no servirá de mucho si nos descubren aquí.

Uno de los aspectos más divertidos de aquella situación, es que ambos individuos no poseen exactamente una buena química, y así debe ser, al menos de momento. El doppelganger no se identificaba por su paciencia y serenidad, y por su parte, Katia no estaba nada tranquila. La impotencia y la frustración la invadían, y lo que debía ser una operación silenciosa y fugaz, se convirtió en una pelea.

Tras recibir la bofetada, el doppelganger empujó a Katia, y uno de los monitores de plasma llegó al enlozado piso. Quedó arruinado e hizo bastante escándalo. De inmediato se prendieron las luces de seguridad.

– ¿Ya viste lo que has ocasionado?. Ahora deberé escaparcontigo porque yo no debería estar aquí, ¡demonios! –expresé con sumo desagrado. El día no había comenzado bien para nosotros.

Tomé de la mano a Katia y comencé a correr, abandoné aquella oficina. Al final del pasillo pude ver a dos guardias armados. De inmediato saqué mi Desert Eagle y logré alcanzar la cabeza de uno de nuestros adversarios. El otro pudo evadir mis disparos. El infierno se había desatado, y apenas estaba comenzando.

-!¿Yo?¡ -dije mucho más alto de lo que debería haber hablado, pero ya daba igual.

El maldito clon se había cargado uno de los monitores tan caros que había en la sala. Lo que nos faltaba y encima ahora que casi había conseguido encontrar un indicio sobre el paradero de mi marido.

-Ese monitor es más caro que tú, que lo sepas -le dije, recordando todo el dinero que había gastado Abel en aquel "humano", si es que se podía llamar así.

Tuve que coger su mano y salir corriendo de allí. Encima, después sacó un arma de a saber dónde y mató a uno de los guardias. Había sido mucho más fácil hacerlo a mi manera.

-Habría sido más fácil si hubiesemos finjido que estabamos dando rienda suelta a nuestro amor, pero parece que tú no entiendes eso -le dije antes de darle otra vez en la cabeza, pero esta vez le di un suave toquecito sobre su sién.

-Venga, hay que escapar de aquí como sea -le dije, pero en lugar de coger su mano, mi mano fue a parar hacia otro sitio, sin querer, por supuesto. Un leve rubor apareció en mis mejillas, pero intenté ocultarlo. Esta vez sí cogí su mano y tiré de él.

– ¡Claro! Una ex empleada de Banshee, y una creación del desaparecido Doctor Abel, dando rienda suelta a su mutuo amor, en la oficina de la presidenta de la compañía. Eso tiene mucho sentido –dije yo, mientras seguía corriendo, jalando a Katia de la mano. Estruendosas voces se escuchaban, las luces de seguridad estaban encendidas y pronto comenzarían a sonar las sirenas–. Espero que no nos encontremos con Marcus o no podremos escapar.

La bella dama me tocó en una zona a la cual podríamos prestarle atención en otro momento. El caso es que todo se debía a la prisa y al nerviosismo. Sonreí y continuamos corriendo. Pronto comenzaron a disparar contra nosotros.

– ¡Adelántate algunos metros! –grité yo, mientras me daba la vuelta y de nuevo abría fuego con mi pistola. Otro guardia más resultó abatido por mí. Era lo único en lo cual era yo bueno: como agente. Como un certero homicida. Teníamos que llegar a los estacionamiento y escapar en el vehículo en el cual habíamos arribado.

-Pues sí puede tener sentido si nadie aparte de ti y de mi supiese que yo trabajaba aquí y que tú no eres más que un clon. -le dije mientras seguíamos corriendo, tratano de escapar de allí lo antes posible.

Acababa de rozar aquella zona y el idiota iba y sonreía. No tenía remedio el pobre y no se podía hacer nada por él. De todos modos no me daba tiempo a regañarle, así que seguimos corriendo hacia la salida. Hice lo que dijo y me adelante unos cuantos metros, pero venían guardias por ambos lados, y yo vi una forma de escapar de ellos, así que me colé por un pequeño pasillo y cuando aquel idiota pasó por allí lo agarré de la camisa, haciendo que pegase su cuerpo al mío.

-No digas nada y todo saldrá bien -le susurré antes de apoyar la cabeza sobre su hombro, intentando recuperar una respiración normal, ya que ahora tenía una respiración agitada debido a la carrera.

OFF: what the hell hacen ustedes dos en una oficina privada?

On:

Había acabado de hablar con Marcus, así que ahora me tocaba ir por lo prometido, o bien, los expedientes de los dos prospectos a unir a la Corporación. Crucé las oficinas de los científicos, de los técnicos y hasta el final estaba mi oficina. Cuando me acerqué un poco más, escuché que algo caía haciéndose añicos en el suelo, dentro de mi odficina.
Nadie, absolutamente nadie, estaba autorizado a entrar a menos que yo lo llamara o tuviera previa cita conmigo. Así que ¿quién sería lo suficientemente estúpido para entrar sin permiso?
Caminé más rápido hasta que empujé la puerta y qué gran sorpresa me llevé. la rubia ex empleada de Banshee con la que Abel se había casado -y que, para ser sinceros, sólo por petición del mismo Abel la había contratado.- y mi más reciente agente, el clon de Abel. Ambos se encontraban buscando algo y seguramente ese algo era el expediente de Abel. Me quedé parada en el humbral de la puerta y sin cambiar la vista de ambos, presioné un botón de mi muñeca que era para llamar a mi seguridad. Aplaudí y sonreí sorprendida.
- ¡Mira qué cosas nos trae la vida! Mi agente Doppleganger ayudando a la viuda de Wolfhart. ¡Qué bonito!-
Cerré la puerta detrás de mi y me quedé parada esperando que Marcus llegara. Mi cara de sopresa cambió a la emoción más fuerte: la ira.
- ¿Se puede saber que demonios hacen ustedes dos aquí? No me sorprende de ti, clon, pero Katia... querida Katia, me parece que te he subestimado. Mira que infiltrarte en la Corporación. ¡Eres lista!-
Me burlé.
- No te molestes en buscar el expediente de Abel. Ya no existe, si quieres encontrarlo, podrías comenzar por la salida de mi oficina. Yo misma te escoltaré hasta las puertas principales de la corporación.-
Dije con un tono amigable que era bastante sarcástico. Luego miré al Doppleganger.
- Contigo hablaré después...-

Off Rol:

On Rol:

La situación se había complicado verdaderamente. Los guardias de seguridad nos rodeaban, yo había guardado mi Desert Eagle, y la presidenta, Shadow, así como el vice presidente de Banshee, el organismo cibernético cuyo nombre de pila es Marcus, nos interrogaban. Y no iba bien...

– Abrí fuego contra los guardias porque eso fue lo que me enseñaron al momento de evadirme. Dispara, golpea, dispara, corre y luego indagas quién murió –dije, mirando al vice presidente Marcus. Un titán como él, entendería eso muy bien. Yo era un agente de Banshee, un homicida, para eso me quería también Shadow. Lo demás son eufemismos.

– Tengo voluntad propia, así como ustedes. Y el doctor Abel es mi creador, es natural que sienta curiosidad por su paradero –dije a Shadow, para luego mirar a los guardias de seguridad que me apuntaban–. Ellos saben el riesgo al cual se enfrentan laborando aquí. Éste no es trabajo para scouts.

Obviamente me estaba refiriendo a los guardias fallecidos. Pero bueno.

– Katia debería irse, ya ni pertenece a Banshee. Y si es por localizarla de nuevo, a ésta compañía no le cuesta nada encontrar de nuevo a alguien. Así que iré con ustedes –miré a sendos miembros de la directiva, luego observé a Katia–: Luego nos veremos.

Con una sonrisa separé mi mano de la suya. Bella rubia, espero que no tenga problemas. Pero hay una cosa que en verdad dudo: el hecho de que vuelva a saber algo concreto del Doctor Abel. Claro que, según dicen... La esperanza es lo último que se pierde.

Escuché la respuesta del clon antes de hablar de nuevo. Sabía que no debería haber pedido información sobre el paradero de Abel, pero ya hacia demasiado tiempo que no lo veía y estaba empezando a creer que jamás volveríamos a estar juntos. Lo más posible es que no volviese a saber sobre él, pero al menos lo habría intentado.

-No, sabía que no me lo ibas a decir, pero así al menos sabré que lo he intentado -murmuré, respondiendo aquello que creía conveniente y que intuía que no me causaría problemas.

Continué escuchando lo que decía Doppleganger, sin volver a hablar. Solté su mano mientras él me miraba con una sonrisa. Besé su mejilla antes de despedirme de los presentes y disponerme a salir del edificio. Allí ya no podía hacer más nada, así que lo mejor es que me fuese, y eso fue lo que hice. Me fui sin pararme a mirar si alguien me seguía o no, ya me daba igual. Lo único que yo quería era volver a ver a mi marido y eso era casi imposible. De todos modos, la esperaza es lo último que se pierde y a mí aún me quedaba mucha.

Me monté en el coché y me fui de allí, en dirección a cualquier sitio en el que poder evadirme, un lugar en el que poder sentirme bien conmigo misma por un momento. Ya volvería después a casa.

Ésa era la versión oficial de parte de Banshee. La afirmación del vice presidente Marcus, es la de haber asesinado al Doctor Abel. Pero no le creo. En verdad no creo que las cosas hayan salido así.

Incluso puede saberse de una forma u otra, cuando un organismo cibernético está mintiendo. Además, escoge pensar que Abel está vivo.

Sabía en la situación en la cual me encontraba. Luchar no tendría sentido, no contra Marcus, no con una Desert Eagle de mi parte. Además Katia está expuesta, y ella podría conseguir respuestas más adelante.

Así que, fui con el vice presidente. Shadow parecía estar complacida. Era un prisionero por mi comportamiento. De nada me serviría enfrentarme a Marcus, no tomando en cuenta su fuerza y resistencia física. Fui con él, así como Katia abandonó el edificio. Espero volver a verla en algunos días.

Off Rol:

Off= Si, me gustaria continuar eso, abriré un rol y te lo mando por mp.

On=

Tomando al clon en mis manos, Shadow aclara que lo quiere vivo, que no lo maltrate demasiado. -As you wish...- Me limite a decir, en idioma Asario, conocía su lengua, estaba en mi base de datos. Empuje al clon fuera del cuarto, para llevarlo a su recamara, mientras aun estaba atado.