Saliendo de la rutina (Louis Lindemann)

El dia era espectacular. EL sol brillaba en lo mas alto del cielo y la brisa norte revoloteaba los cabellos de Emily. Su sonria era tan radiante como los rallos que iluminaban a la ciudad de ese dia. Con un clima tan calido la muchacha no podia quedarse en casa sin hacer nada por lo que decidio asistir al desfile que se hacia en las grandes galerias. Sabia que no se arrepentiria puesto que despejar la mente era lo que necesitaba en ese momento.
Recuerdos venian a carcomer su interior y no podia soportarlo por lo que se puso un traje blanco que hacia juego con sus ojos y tomo la sombrilla que le habian regalado en su cumpleaños y salio.

El lugar estaba abarrotado de gente, de elegancia y de glamur, Emi se sentia en la gloria, eso era lo que a ella le gustaba, poder ver derroche de estilo y buena presencia.
Caminaba con paso firme y seductor como era su costumbre, eso hacia que los hombres que estaban a su alrededor se giraran para mirarla y por consuiguiente ella les devolvia una sonrisa que deslumbraba a mas de uno. Se sentia hermosa y lo era por lo que no se avergonzaba al coquetear o demostrar sus dotes de feminidad ante los que querian apreciar su belleza.

Se detuvo en una esquina a mirar el movimiento. La gente seguia circulando. Sus pensamientos ya no eran tan atormentados, sin duda ella habia tenido una buena idea al pasear por ahi.

Spoiler:

Imagen de como esta vestida para la ocasion.

Mi rostro se reflejaba en el vidrio de una de las vestimentas más usadas en las UFE, el de soldado. Recuerdo perfectamente la última vez que lo use. Mire cada detalle, el traje estaba en exposición, todos… era un especie de “desfile”
- Mr. Lindemann
- Señor…- m atreví a decir, era uno de los secretarios del imperio Asari.
- Me alegra verlo, pensé que no vendría a esto – dije mientras miraba el traje de soldado
- Entiendo perfectamente, pero… usted sabe, se hace presente el imperio Asari y debo asistir solo de manera cordial.
- Perfecto, debo recordarte que en solo 5 minutos llegaran… tu sabes. Y necesito que esté presente, eres el representante de tu ejército.
Después de que marchara me gire y deje escapar una mueca de desprecio, odiaba este tipo de reuniones, estábamos aquí… dentro de un edificio, a las afueras un día muy soleado y estupendo, de seguro llegara pronto la nave de los “privilegiados” como les llamaba. Detestaba la política, la realeza, todo lo que tenga que ver con algo de jerarquía… con mandos, con “planes”… no era compatible.

Por fin, a las afueras había llegado la nave, esta se estaciono en la plataforma de afuera, muy amplia como para estacionar la nave.
La gente, la cual había demasiada, se amontonaba para ver quienes estaba dentro, mire sus espaldas, muchas de ellas damas, con esos vestidos demasiado exenticos y llamativos, peinados elevados y otros grotescos.
Varias personas bajaron de la nave, mientras yo, me quede allí, parado con mis manos juntas hacia atrás, esperando recibir a los “privilegiados”

Había una figura fuera, que aun no entraba, poseía un paraguas, quería protegerse del sol, aun no podía ver su rostro, era una mujer, de una esbelta figura, su caminar era llamativo, elegante y fino. Pero al llegar a la entrada, entrego su accesorio a uno de sus guardias. Su s cabellos se hicieron notar, rubios y brillantes. Su rostro, demasiado perfecto a mi opinión, fruncí el ceño, nunca la había visto… de todas los rostros de los “privilegiados” que he visto en periódicos y libros, a ella jamás la vi. Me acerque involuntariamente, esperando a que ella fuese la ultima de llegar.

- Lindemann! – parpadee unas cuantas veces, una voz demasiado grave me había sacado de mis pensamientos, me gire, era el mayor Kenneth. – necesito que me hagas un favor…
El favor consistía en acompañar a la duquesa hasta la galería principal, donde luego de una vuelta, debía llevarla la gran comedor para la hora de almuerzo. ¿y quién diablos era la duquesa? me pregunte.
- Ve… allí viene… - se refería a la misma chica que no reconocía hace unos minutos atrás.

Vestía de forma elegante, mi traje muy bien ordenado, de blanco, el color para aquellas ocasiones “especiales”.

Spoiler:

- Duquesa, por favor. – mire atentamente a sus ojos, le ofrecí mi brazo, y le sonreí de una forma muy cautelosa. – la llevaré a la galería.

Llegó a la entrada y había unos guardias parados. Los miro de arriba abajo denotando la calidad de sus trajes y luego les sonrió. Uno se acerco rápidamente y le ofreció su mano para acompañarla al lugar a donde todos se dirigían pero lo rechazo diciendo que conocía el lugar. Eso era una mentira pero no le gustaba que la trataran como alguien a quien debían de indicarle cada cosa que hacia o dejaba de hacer. –podria guardarme estas cosas por favor –le dijo amablemente y acto seguido le entrego el paraguas dejando que sus dorados cabellos danzaran libres con la brisa.
Avanzo unos pasos mas y vio a la multitud que rondaba por los alrededores, no solo ella estaría en el desfile sino muchas figuras importantes mas. Conocía a algunos reyes y princesas y otros duques, pero a otros jamás los habia visto. Alcanzo a ver al mandatario que hablaba con un sujeto y le llamo la atención pero lo dejo pasar ya que no tenia ganas de que el mandatario se acercara a ella para rogarle que siguiera al pie de la letra con todo el protocolo, a Emily esas cosas no le gustaban demasiado aunque si amaba las cenas y fiestas.
El sujeto que antes estaba hablando con el mandatario ahora se acercaba a Emily a paso seguro y con el semblante serio. Por el aspecto era alguien importante. El traje blanco impresiono a la mujer ya que amaba ese color en la ropa y no dejo de mirarlo hasta que el estuvo a una distancia prudencial como para poder hablarle. Su voz era gruesa, su peinado firme y su postura elegante. Sin duda era uno de los jefes de la fuerza. Antes de responderle volivio a hacer una vista panorámica a todo el lugar y luego se dirigió al “comandante” –buenas tardes, no me diga duquesa, suena muy…. De la realeza y me fastidia –esperaba que el no lo tomara a mal ya que esas palabras fluyeron de sus labios sin que ella tuviera plena conciencia de eso, era algo bastante particular ya que media muy bien su volcabulario y pensaba en cada frase que pronunciaba –me llamo Emily, y su nombre es? O prefiere que le diga… capitán? –en realidad no sabia cual era su puesto o cargo por lo que Emily no sabia con exactitud como llamarlo.
Le tomo el brazo con cuidado, algo aun mas extraño que la familiaridad con que le hablo ya que era reacia a hacer esas cosas, no solia confiar en las personas por lo que se mantenía al margen hasta conocerlos un poco –muchas gracias, voy con usted –le dijo y le volvió a sonreir. Emily trataba de no pensar en lo que estaba haciendo porque no encontraría una justificación coherente por lo que directamente comenzó a caminar con paso lento junto al hombre alto y apuesto que tenia a su lado. -bonito dia, no le parece? -lo que si era seguro, era que este sin duda no seria como cualquier otro, aunque aun debia de conocer el verdadero motivo de sus reacciones.

“¿No le gustaba que le dijeran duquesa?”, no dije nada, quede algo sorprendido por aquella situación, deje de mirar a la dama y la saque de la fila de personas que estaban alegres de ver al grupo de nobles.
- Señorita Emily, es un placer – coloque mi mano arriba de la suya que en ese momento estaba arriba de mi brazo en forma de simpatía - …puede llamarme como usted desee – “estoy seguro que no me llamara de cualquier forma” pensé – mi nombre es Louis, Lindemann, Jefe general del ejército.
- Claro, es un espectacular día, aun que con toda sinceridad… no me llevo muy bien con los días soleados, no soy muy partidario del sol… - le sonreí de lado para hacer liviana la situación.
- Por aquí… - indique al grupo de plebeyos que había en la esquina del salón.
Habíamos llegado a la galería principal, todo estaba ordenado, me gustaba el piso, era de madera, las luces daban una excelente iluminación.
- Ahora, le harán un pequeño paseo por la galería, fue un agrado conocerla, espero que más adelante tenga el agrado de hablar con mayor tranquilidad y privacidad, no quisiera distraerla con tantas personas.
Deje su braso, tome su mano y la bese con suma delicadeza. Luego camine hasta el otro extremo de la sala hasta llegar donde una conocida – hola Giselle… - era una de las secretarias de la recepción de UFE.

Emily noto la cara de sorpresa que puso aquel hombre ante su respuesta y le sonrio, el no pudo verla ya que estaba mirando en otra dirección pero aun asi hablo –creo que tendre que explicarle algunas cosas –le dijo con un tono sueva acercándose un poco a el. No le gustaba dar demasiadas explicaciones de lo que hacia o decía, ella simplemente mandaba y el resto obedecía, pero en esta situación le pareció que ameritaba unas palabras para que no pensara cosas incorrectas –no es que no acepte mi titulo y no me guste que me llamen por lo que soy… es que… -no sabia bien como explicarle su compleja situación pero trataría de ser lo mas clara posible –quizas a usted le guste que lo llamen comandante o general o jefe todo el tiempo, y no digo que a mi no me guste que me respeten los demás… pero hay ocasiones en las que prefiero ser una simple chica, es decir, si oculto mi verdadero yo… me divierto mas –esas palabras no eran las mejores, pero ni siquiera Emily podía explicar claramente lo que le sucedia. En ese momento recordó un dia que escapo de su casa, vago por la ciudad vecina hasta que encontró a unas chicas que la llevaron a una fiesta muy diferente a las que ella estaba acostumbrada a asistir, era una fiesta de gente “común” –pero de todos modos, solo algunas personas tienen el privilegio de poder llamarme por mi nombre –comento al final. Siempre usaba un apodo o nombre falso para no ser descubierta.
Emily habia hablado demasiado y casi no le habia dado tiempo de poder presentarse, salieron caminando hacia otro lado y el la tomo de la mano, ella lo acepto sin protestar y solo comento –Louis es un buen nombre, y me agrada –queria demostrarle que aunque no lo conociera le caia simpatico por lo que se demostraba cortez y amable.

Lo miro algo extrañada por su revelación –a mi me sucede todo lo contrario, adoro los días soleados, me gusta pasear y de esa manera puedo apreciar todo lo que hay afuera –un mechon de cabello se deslizo por su rostro tapándole un ojo, la brisa hacia que se revoloteara de aquí para alla.
Lo siguió hasta que llegaron a la galería, era un lugar muy bien decorado y con excelente iluminación. Emily se sintió un tanto contrariada al escuchar las palabras del jefe pero aun asi le sonrio –de acuerdo, el placer fue mio y espero volver a verlo pronto – miro como besaba su mano y ella le sonrio.
Se quedo parada en ese mismo lugar esperando que alguien se acercara, no tuvo que aguardar demasiado ya que otro hombre con traje negro se acerco a ella un momento mas tarde –buenas tardes duquesa, me permite acompañarla? –dijo el caballero y le ofreció su brazo.
Emily estaba un tanto desconcertada por lo que habia pasado pero aun asi no tenia intenciones de que la fastidiaran demasiado. El hombre era apuesto, eso no se discutía, pero ese no era el mejor dia para los hombres –buenas tardes… estoy sola asique porque no? –dijo pensándolo mejor. Era solo mirar el desfile y no le gustaba estar sola… se quedaron un tiempo bastante prolongado hablando mientras esperaban que el desfile comenzara.